Descripción
Se puede apreciar un majestuoso caballo blanco en todo su esplendor. El caballo se encuentra en posición erguida, con su cabeza en alto y sus crines ondeando al viento. Su cuerpo musculoso y esbelto demuestra una elegancia y fuerza incomparables.
La artista ha capturado meticulosamente cada detalle del caballo, desde las texturas de su pelaje hasta los pliegues de su piel. La luz resalta la belleza natural del animal.
El fondo de la imagen muestra un paisaje sereno, con colinas y árboles frondosos. El contraste entre el caballo blanco y el entorno natural resalta aún más su presencia y poder.
Omaira Quintero –
en mis 15 años me regalaron un caballo igual a ese, fue mi mejor compañero en esas épocas, me alegro el corazón esa obra.